Una tarjeta de
vídeo, también llamada tarjeta gráfica
(entre otros nombres) tiene a su cargo el
procesamiento de los datos que provienen del procesador principal (CPU o UCP) y
convertirlos en información que se pueda representar en dispositivos tales como
los monitores y los televisores. Cabe mencionar que este componente puede
presentar una gran variedad de arquitecturas, aunque comúnmente se denominan de
igual forma, incluso si se habla de un chip de vídeo
integrado en una placa madre (motherboard);
en este último caso, es más correcto decir GPU (Unidad de
Procesamiento Gráfico).
Desde su concepción,
las tarjetas gráficas
han incluido diversas prestaciones y funciones, tales como la posibilidad de
sintonizar la televisión o de capturar secuencias de vídeo de un aparato
externo.
Es importante notar que no se trata de un componente hallado
exclusivamente en los ordenadores actuales, sino que han existido desde hace
ya más de cuatro décadas y hoy en día también son parte indispensable de las consolas de videojuegos, tanto de las portátiles como de las caseras.
SU HISTORIA
Su creación data del final de la década del 60, época en la cual se dejó atrás el uso de una impresora para visualizar la actividad de los ordenadores y se comenzó a usar monitores
A comienzos de los años 80, IBM
se basó en el diseño del inolvidable Apple
II y consiguió que la tarjeta de vídeo intercambiable se volviera popular,
aunque en su caso sólo ofrecía la posibilidad de mostrar caracteres en pantalla. Se trataba
de un adaptador con la modesta cantidad de 4KB de memoria (en
la actualidad pueden tener 2GB, 512 veces más) y que se utilizaba con un
monitor monocromático. Este fue el punto de partida, y las mejoras no se
hicieron esperar mucho.
Tiempo después, IBM estandarizó el término VGA, que se refiere a una tecnología de tarjetas de vídeo capaces de ofrecer una resolución de 640 píxeles de ancho por 480 de alto, así como a los monitores que podían representar dichas imágenes y al conector necesario para su uso. Luego del trabajo de varias empresas dedicadas exclusivamente a la gráfica, Super VGA(también conocido como SVGA) vio la luz del día, aumentando la definición disponible (a 1024 x 768) así como la cantidad de colores que podían ser representados de forma simultánea (de 16 colores en 640 x 480 se pasó a 256 en 1024 x 768).